
El Brasero del Arenal – Inquisición en Murcia
Veintiocho personas fueron quemadas vivas en el brasero del Arenal y treinta y ocho hicieron diferentes penitencias por toda la ciudad.
La Inquisición en Murcia – El Brasero del Arenal – Durante el siglo XVI, la ciudad de Murcia experimentó la actuación severa del Tribunal de la Santa Inquisición, donde numerosos ciudadanos fueron condenados por herejía durante un triste periodo de once años, entre 1557 y 1568. Algunos estudiosos atribuyen la especial crueldad del Inquisidor Mayor, mientras que otros culpan a los Padres Dominicos de la ciudad por ser intransigentes con aquellos que no compartían su fe. Sin embargo, algunos autores justifican las altas cifras de penados y ajusticiados debido a la convivencia de las tres grandes religiones monoteístas en Murcia, donde tanto judíos como musulmanes habían convivido pacíficamente.
Durante este periodo, las autoridades murcianas donaron una parte del Arenal, una explanada frente al río, para que los inquisidores pudieran llevar a cabo las ejecuciones en la pira. El trayecto desde la cárcel de la Inquisición hasta el lugar de la ejecución era corto, lo que permitía a los miembros del Tribunal presenciar las ejecuciones desde los ventanales del Alcázar de Enrique III, que se había concedido como sede para el Tribunal del Santo Oficio.

Los registros encontrados sobre este periodo en Murcia muestran que la actuación de los inquisidores fue extremadamente dura y cruel. En el auto del 7 de junio de 1557, once personas fueron arrojadas a la hoguera y se consiguieron cuarenta y tres reconciliaciones con la fe de Cristo después de juicios sumarísimos. El 12 de febrero de 1559, treinta personas fueron quemadas en el brasero del Arenal y cinco en efigie, y se lograron cuarenta y cinco reconciliaciones con la fe verdadera. En el 4 de febrero de 1560, catorce personas fueron arrojadas al fuego y veintisiete penitencias severísimas fueron ejecutadas sin especificar en qué consistían. El 8 de septiembre de 1560, diecisiete personas murieron en la pira y cuarenta y ocho condenados fueron sometidos a penitencias severísimas. El 15 de marzo de 1562, veintitrés personas fueron quemadas en el brasero y se realizaron setenta y tres penitencias. El 20 de mayo de 1563, diecisiete personas fueron quemadas vivas y cuatro en efigie, y hubo cuarenta y siete penitentes con distintos castigos. En 1564, una persona fue quemada en el brasero y once en efigie, con cuarenta y ocho penitencias públicas. El 9 de diciembre de 1565, cuatro personas fueron quemadas y cuarenta y seis penitencias se realizaron en plazas públicas de la ciudad. El 8 de junio de 1567, seis personas murieron quemadas vivas y hubo sesenta y ocho penitencias.
Finalmente, el año más duro en castigos fue el 7 de junio de 1568, donde veintiocho personas fueron quemadas vivas en el brasero del Arenal y treinta y ocho hicieron diferentes penitencias por toda la ciudad.
El asalto a las cárceles de la Inquisición y su abolición definitiva
Sobre las dos de la mañana del día 29 de febrero de1820 unas trescientas personas se presentaron ante la casa del tribunal de la Inquisición de Murcia armadas con escopetas, hachas y garrotes, exigiendo la libertad de los presos y pidiendo a gritos las llaves de su cárcel. Al no obtener respuesta, forzaron las puertas en búsqueda del inquisidor decano para que les entregara las llaves de las celdas, pero éste había huido. Algunos de los que penetraron en la casa destrozaron con rabia los muebles y las puertas y llegaron hasta los oscuros calabazos donde encontraron a muchas personas, entre ellos José María Torrijos, a las que vitorearon y les ofrecieron salir.
Extracto de: El final de las cárceles de la Inquisición de Murcia
Francisco Javier Salmerón Giménez

Fotografía donde se aprecia las paredes del solar donde estaba ubicada la antigua cárcel de la Inquisición. En la actualidad encontramos el Hotel Victoria.